NUESTRA SEÑORA DE LA VICTORIA
¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DEL TÍTULO? Nuestra Señora de la Victoria fue el título dado a la Santísima Madre en honor de un importante acontecimiento histórico, en el que Europa estaba amenazada por una invasión turca. En 1571, la Batalla de Lepanto se libró y se convirtió en un punto decisivo en la protección de la fe cristiana. Cuando el Papa entonces reinante, San Pío V, se dio cuenta del gran peligro estaba en la Iglesia, hizo un llamamiento a todos los grupos marianos de Roma para reunir a los fieles a orar fervientemente por la intercesión de la Virgen a proteger a Europa de esta grave amenaza. Todos se volvieron a ella en la oración del Rosario, y se salvaron. En honor a su intercesión, Pío V llamó ese día un día de fiesta, la Virgen de la Victoria. Este nombre fue cambiado más adelante a la Virgen del Rosario, por lo que ambos títulos se refieren al mismo evento.
Qué representa la imagen de Nuestra Señora de las Victorias? Representa a la Virgen del Inmaculado Corazón bajo la advocación de Nuestra Señora de las Victorias; lleva consigo al Niño Jesús. La Virgen se apoya sobre una nube, mientras el Niño Jesús posa sus pies sobre un orbe estrellado para mostrar la realeza de Cristo sobre el mundo. ”El bello rostro de la Virgen invita a rezar la jaculatoria de la Cofradía: “Refugio de pecadores, ruega por nosotros”. Historia de la Basilica. La construcción de la iglesia conventual de los Padres Agustinos (Padres Menores), comenzó en diciembre de 1629. Fue financiada por Luis XIII, quien la nombró “Nuestra Seňora de las Victorias”, en agradecimiento a la ayuda de la Virgen en sus recientes victorias, consolidando la unidad del reino. Uno de los frailes, Fray Fiacre, obtuvo por sus plegarias el nacimiento del Delfín, Luis Dieudonné, quien en el futuro sería Luis XIV, el cual había sido esperado durante quince aňos. Después de un peregrinaje a Savona, Italia, Fray Friacre comenzó a invocar a Nuestra Seňora de las Victorias bajo el nombre de “Refugio de los pecadores”. Durante la Revolución Francesa, los Padres Agustinos fueron expulsados de su monasterio. La iglesia fue convertida en un mercado de saldos y cosas usadas. Después de 1809, se volvió una parroquia, pero como se encontraba dentro de una zona comercial, había pocos feligreses. Los esfuerzos humanos no lograban mejorar las cosas. Había una iglesia abierta pero los corazones estaban muy lejos de Dios.
Así eran las cosas cuando el 27 de agosto de 1832, el Padre Carlos Eléonor des Genettes fue instalado como párroco de Nuestra Señora de la Victorias. La Iglesia estaba abandonada y pobre. El estado espiritual de la parroquia era tan decadente que el domingo siguiente a su asignación como párroco, el sacerdote pudo contar como asistencia solamente a 4 personas además del coro, y durante todo el año de 1835, solamente 720 comuniones fueron distribuidas.
Por cuatro años y medio, el párroco soportó la tortura espiritual de ver todos sus esfuerzos y trabajos no dar fruto. Empezó a deprimirse por la esterilidad de su ministerio y por la aparente desesperanza de su situación. Así se encontraba el sacerdote cuando el 3 de diciembre de 1836, mientras celebraba la Santa Misa en el altar de la iglesia de Nuestra Señora, hizo las oraciones de la liturgia de la época. Pronunció las palabras: ¨Judica me¨, sintió una gran conmoción interior. ¨¡Júzgame, oh Señor!" Si el Señor fuera a juzgarlo, ¿cómo lo encontraría? ¿Quizás como un fracasado?. "¿Ha habido un sacerdote tan estéril en su ministerio como yo?" -Se preguntó interiormente. Este pensamiento, que muchas veces vino a su mente, en ese momento se convirtió como en una espada que traspasaba su corazón. No podía pensar en nada mas que en esto, hasta el punto que no pudo concentrarse en las restantes oraciones de la Misa. Concluyó que lo mejor era presentar su renuncia como párroco.
Cuando comenzó la Oración Eucarística, hizo un esfuerzo supremo para recogerse y concentrarse en el momento sublime de la Consagración. Sin embargo, se sintió mas perturbado que nunca. Suplicó al Señor que lo librara de las distracciones para ofrecer el Santo Sacrificio en un estado digno. Fue entonces cuando escuchó muy claramente unas palabras que se le pronunciaron con gran solemnidad: "Consagra tu parroquia al Santísimo e Inmaculado Corazón de María". Estas palabras resonaron en su corazón, e inmediatamente experimentó una gran paz interior, desapareciendo la obsesión de pensamiento que había tenido unos minutos antes. En la conclusión de la Misa y durante el tiempo de acción de gracias, repasaba en su mente todo lo que había ocurrido. Se dijo a si mismo que todo había sido una fantasía, producto de su imaginación. Pero cuando se iba a levantar de su silla para terminar la celebración de la Santa Misa, volvió a escuchar las palabras que antes oyó: "Consagra tu parroquia al Santísimo e Inmaculado Corazón de María". Cayó de rodillas ante esas palabras que ya había escuchado previamente. Pero todavía tenía temor de aceptarlas como auténticas, pues pensó que fueran el resultado de una ilusión. Trató de ignorarlas, de olvidarse de ellas, pero seguían viniendo a su mente con mas intensidad. Finalmente, para alcanzar su paz interior mas que por creer que habría algún resultado para su parroquia, decidió responder a la petición que había escuchado dos veces. Ya que había resuelto obedecer a la voz, el pastor decidió entrar de lleno en el espíritu de esa petición. Era evidente que el propósito de dicha consagración de su parroquia al Inmaculado Corazón era motivar a los parroquianos a orar al Inmaculado Corazón y frecuentemente recurrir a la protección y cuidado maternal de la Santísima Virgen.
Pensó que la mejor forma de llevar esto a cabo era establecer una asociación religiosa con oraciones específicas, reuniones y normas. En ocho días el Padre Genettes tenía escritos y aprobados por el Arzobispo de París los estatutos para la asociación. El domingo 11 de diciembre anunció desde el púlpito que empezarían esa misma tarde unas devociones y oraciones para pedir al Señor, a través de la intercesión del Inmaculado Corazón de María, la conversión de los pecadores. Ya que solo diez hombres habían asistido a la Misa y oído el anuncio, el sacerdote no esperaba que llegaran muchas personas esa tarde. Sin embargo, la Virgen María empezó a mostrar su plan cuando, después de la Misa, dos hombres que casi nunca asistían a Misa, se acercaron al P. Genettes y pidieron el sacramento de la confesión. A las siete de la tarde, la hora anunciada para empezar las devociones al Inmaculado Corazón, de cuatrocientas a quinientas personas se hicieron presente en la iglesia. Todos estaban estupefactos, no podían creer el gran número de personas que habían asistido.... por años no se había visto en esa parroquia mas de diez personas. Al principio del servicio de oración, estaban un poco indiferentes, pero mientras avanzaban las devociones, sus corazones se fueron gradualmente derritiendo bajo el calor maternal del Corazón de María. Ya para el final, todos unían sus voces en el canto de las Letanías de Nuestra Señora y las Alabanzas Divinas ante el Santísimo Sacramento. Salieron decididos a volver a la iglesia y participar de estas devociones que habían reanimado su fe y devuelto la paz y el gozo.
Por ese movimiento, los peregrinos y fieles comenzaron a fluir numerosamente. Venían a agradecer a la Virgen. Una gran parte de los 37 000 agradecimientos y milagros que cubren las paredes de la capilla provienen de esa epoca de gracia cuando el Padre Desgenettes presidìa la parroquia (1832-1860), no obstante las acciones de gracias de los fieles y peregrinos no ha cesado jamàs, tampoco las plegarias de la Archicofraternidad por la conversiòn de los pecadores.En nuestros dìas la Archicofraternidad cuenta con màs 1 628 000 inscripciones contadas a partir de 1836, y màs de 20 000 comunidades cristianas (parroquias, congregaciones, escuelas etc.) alrededor del mundo. “Nuestra Seňora de las Victorias” se convirtió en Basílica en 1927, y en nuestros días aún recibe hombres y mujeres que están en búsqueda del refugio y la protección de la Virgen María, vencedora del mal. Los peregrinos también esperan la conversión de su corazón, que es la gracia de dedicar su vida entera al Seňor Jesús, Salvador de la humanidad, siguiendo el ejemplo mismo de María.
Las Benedictinas del Sagrado Corazón de Montmartre están a cargo, junto con los Padres de la animación espiritual de la Basílica. Todos los días rezan, durante el Santo Oficio y toman parte activa en las misas, encabezan el Rosario y participan de la Adoración al Santísimo Sacramento con los fieles y peregrinos. Eventos importantes: En esta parroquia de París se promovió por inspiración divina la consagración al Inmaculado Corazón de María (1836) El día 6 de diciembre de 1848 se inauguró la adoración nocturna al Santísimo Sacramento, para hombres. Desde París, los centros de adoración nocturna se extendieron por todo el mundo. Gregorio XVI emitió un informe erigiendo perpetuamente en la Iglesia de Nuestra Señora de las Victorias, la Archicofradía del Santísimo e Inmaculado Corazón de María, para la conversión de los pecadores. Igual que la Medalla Milagrosa, a través de la aprobación Papal, Nuestra Señora de las Victorias con la fundación oficial de su Archicofradía, alcanzó un empuje global que la convirtió en la gran precursora de Fátima, aparición que sería un foco luminoso para promover la devoción al Inmaculado Corazón por todo el mundo. La conversión tan extraordinaria que hubo en la Parroquia de Nuestra Señora de las Victorias a través de la Consagración al Inmaculado Corazón, y el rápido crecimiento de la Archicofradía del Santísimo e Inmaculado Corazón de María para la conversión de los pecadores, fue la segunda manifestación mariana después de Rue du Bac, dentro de todo un plan divino para promover la devoción al Inmaculado Corazón de María que continuaría desarrollándose a través de los años. Milagrosa curación de Santa Teresita Sta. Teresa de Lisieux, en 1883, cuando tenía a penas 10 años, estaba a punto de morir. Su padre envió una donación a la Nuestra Señora de las Victorias para que hicieran una novena de misas por su salud. A Nuestra Señora de las Victorias es a quien Sta. Teresa atribuyó, lo que llamó "el milagro" de su curación. Entre los numerosos peregrinos, los más famosos fueron: Los Hermanos de Ratisbona, San Juan Bosco, Ana María Javouhey, Francisco Libermann, Emanuel de Alzon, Herman Cohen, San Teófano Venard. “La Virgen continúa derramando las gracias del cielo. Ella es refugio y fortaleza de todos y nos ayuda en el camino de la conversión del corazón”.
LA EUCARISTIA Y EL REZO DEL SANTO ROSARIO EN EL MOVIMIENTO
Todos los años en el mes de octubre, mes del Santísimo Rosario, las comunidades del movimiento y sus familias se reúnen en la celebración de la Eucaristía en la parroquia madre del movimiento en Miami, St. Augustine Catholic Church, en acción de gracias a Nuestra Señora de la Victoria. El rezo del Santo Rosario es un arma poderosa para librar batallas. "Con Jesús y María se puede" es nuestro lema en el movimiento. Lo que quiere decir que saldremos a librar batallas como matrimonios, como familias y como Iglesia, pero con el poder del EVANGELIO vivo al meditar los misterios de Cristo en el rezo del Santo Rosario nos fortalecemos y somos capaces de seguir luchando unidos en su Amor.
LA VIRGEN PEREGRINA DE NUESTRA SEÑORA DE LA VICTORIA
En las asambleas semanales de las comunidades parroquiales del movimiento se fomenta la oración de intercesión a nivel comunitario . Cada comunidad conserva un cuadro con la imagen de la Virgen Peregrina, Nuestra Señora de la Victoria, la cual visita los hogares de los matrimonios que se comprometen a llevársela para orar como matrimonio y como familia. Los matrimonios la colocan en un lugar de honor en sus hogares y durante la semana le dedican a diario un tiempo especial en el que todos se reúnen a orar como familia. Cuando los matrimonios que participan en las asambleas del movimiento se llevan la Virgen Peregrina a sus hogares se les invita a escribir sobre lo que significó para ellos y sus familias recibir su visita.